Ciudad Bolívar

cruz

El artista visual Carlos Cruz-Diez (Caracas, 1923) no se detiene en su búsqueda de respuestas.

A veces, confiesa, sueña con colores y escenarios que luego intenta plasmar en sus creaciones y, aún cuando la tecnología no siempre le ha permitido transformar en realidad sus deseos oníricos, el mundo digital le ha facilitado encontrar, a sus 92 años, soluciones a problemas visuales con los que había tanteado el fracaso en sus inicios. La emoción por los hallazgos en el mundo del color es ahora, dice, la misma de entonces.

"Yo tengo nueve líneas de investigación y no las clausuro, les sumo nuevos descubrimientos. En este momento, regresé a obras que no había podido desarrollar en 1963. He mejorado la eficacia de lo que quería decir. Antes estaba esbozado y hoy está expedito. Realmente puedo comprobar que el color flota fuera del soporte, no está en él".

Tampoco sus proyectos expositivos han mermado. Al contrario, se encuentra desarrollando un nuevo taller en París y presenta, en paralelo, una muestra individual en Venezuela en la exhibe nueve de sus más recientes creaciones. La exposición fue instalada en el segundo piso de la Galería Freites, de Caracas, y permanecerá abierta hasta el 29 de noviembre como una oportunidad de aproximar a la audiencia a las nuevas búsquedas del maestro.

-Este año recibió la Turner Medal 2015. Tras una vida de búsqueda, ¿ha llegado a su ansiada comprensión de las posibilidades del color? 

-Yo estoy sumamente satisfecho. Creo haber vivido antes en una sociedad de ciegos, porque lo que estoy diciendo lo entiende y disfruta la nueva generación. El color es afectivo, profundamente afectivo. El color está en el espacio, flota. Todo es color, y es lo que trato de poner en manifiesto en las obras, porque ahí no hay referencias, solo emoción. A veces, uno ve un color y elige "ese rojo" y ¿por qué, si hay tantos rojos?, pero el color en el arte es una cuestión de afecto.

-Esto resulta contrario a quienes perciben al cinetismo como una manifestación fría... 

-Es todo lo contrario. Vivimos rodeados de simbolismos y de la creencia de que todo tiene que tener una referencia. Pero ¿a qué se refiere una puesta de sol? A sí misma, somos nosotros los que le damos un significado. Yo no hago cuadros, lo que hago son soportes de acontecimientos. Soportes donde está sucediendo algo continuamente en el tiempo y en el espacio. Mis obras son un presente continuo. Por eso es que es tan humano el cinetismo, porque uno se propone ir a lo profundo del ser humano, a la mecánica perceptiva, de captación, de mitificación. Por ejemplo una cámara de cromosaturación es una experiencia vital, como meterse bajo la lluvia. Los significados los aporta quien los vive.

-Precisamente, una obra que ha obtenido un nuevo significado es suCromointerferencia de color aditivo en el suelo del Aeropuerto Internacional de Maiquetía. Cuando la elaboró, ¿esperaba que se convirtiera en un símbolo de partidas? 

-Lo que ha sucedido me tiene estupefacto, que una obra de arte se haya convertido en un símbolo de un país me parece emocionante aunque tiene también su parte horrorosa. Confío en que eso que ahora es el símbolo del abandono del país será de nuevo el símbolo del retorno. Sé que así será.

-¿El suelo de Maiquetía también lo verá volver a usted? 

-Yo no he abandonado a mi país aunque no esté allá físicamente, y la prueba es que no he perdido el acento venezolano y que les he inculcado el país a mi familia. En este momento, me siento muy bien en París y desde que llegamos en 1955 mi pareja y yo dijimos "aquí es, este es el sitio". París me encanta, y Caracas. También me siento grato en Panamá.

-¿Cuando ocurrirá una gran retrospectiva de Carlos Cruz-Diez en Venezuela? 

-Por el momento, no lo creo. Los coleccionistas tendrían que prestar sus obras a alguna institución, para eso los museos tendrían que tener las condiciones idóneas y muchos no tienen confianza en eso. Además, es un proceso muy costoso. 

-¿Un artista puede perpetuarse a través sus obras? 

-Eso uno no lo sabe. ¿Cuántos artistas han tenido vigencia en el pasado y luego desaparecen? esa es la belleza del arte, es una aventura sin esperanza. Puede que trabajes toda la vida y no pase nada. Uno no cree en las verdades, el arte es la duda, poner en cuestionamiento todo para tratar de abrir horizontes. Pero ¿ese querer abrir horizontes es que realmente los hemos abierto? no lo sabemos. Ojalá le interese al futuro.

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Espacio Disponible

EDICION DIGITAL

 

 

 

ESTASS28