Ciudad Bolívar

Tras perder el control de la Asamblea Nacional, el régimen de Nicolás Maduro procedió a desmantelar gradualmente el alcance y las funciones del poder legislativo, en lo que es visto como el equivalente de un golpe de Estado a cuentagotas que terminará sellando el carácter dictatorial de su gobierno, dijeron expertos, publica El Nuevo Herald.

El proceso de desvalijamiento institucional es conducido a través de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, entidad utilizada por el chavismo para empoderar a Maduro y para arrebatarle funciones a una Asamblea Nacional controlada por una súper mayoría de la oposición.

“Estamos viviendo un golpe de Estado judicial”, dijo desde Washington Antonio De La Cruz, director ejecutivo de la firma Inter American Trends. “El poder ejecutivo está dando un golpe de Estado al poder legislativo a través del poder judicial”.

La analista Vilma Petrash coincidió. “Esto es un golpe frío”, manifestó en Miami.

Tras conseguir una abrumadora victoria en las elecciones parlamentarias de diciembre, la oposición esperaba utilizar su control de dos tercios sobre los escaños de la Asamblea Nacional para comenzar a recuperar la institucionalidad del país, luego de que por años el chavismo se acostumbrara a gobernar autocráticamente y sin ningún tipo de control.

Pero una serie de pronunciamientos emitidos por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), le están arrebatando a la nueva Asamblea la esperanza de ejercer sus funciones constitucionales de fiscalizar y regular al gobierno.

El peor golpe provino el 12 de febrero, cuando el TSJ desconoció la decisión del parlamento de rechazar el decreto de emergencia dictado por Maduro para hacerle frente a la grave crisis económica.

El fallo fue emitido por la Sala Constitucional, donde 13 de los actuales jueces titulares fueron nombrados por la anterior mayoría oficialista en la Asamblea horas antes de finalizar su período en diciembre pasado.

Con ese paso, un TSJ controlado por el chavismo dejó entrever que tiene poder de veto sobre la Asamblea Nacional, dijo De La Cruz.

Y con ello, desaparece “toda esperanza de que la Asamblea funcione como un elemento conductivo al balance de poder, al ejercicio de poderes independientes”, explicó.

Al perder su facultad de propiciar cambios reales a través de nuevas legislaciones, la Asamblea Nacional queda reducida a una plataforma pública desde donde la oposición puede hacer sus denuncias ante los ojos de la nación.

Eso de por sí es un logro importante si se toma en cuenta que la oposición era víctima de un cerco mediático ejercido por el chavismo y muchos de sus mensajes no estaban siendo recogidos por los medios de información hace solo unos meses.

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