Ciudad Bolívar

Nueva Esparta.- Miles de feligreses vieron este 8 de septiembre la aurora nacer desde el Valle del Espíritu Santo, en la isla de Margarita, para conmemorar los 106 años de la coronación canónica de la Virgen del Valle, Patrona del Oriente, de los pescadores y la Armada Venezolana.

Margariteños y visitantes llegaron antes del amanecer a la explanada de la Basílica Menor, y a las 5 de la mañana las puertas de la Iglesia se abrieron para mostrar al pueblo la sagrada Imagen de la Virgen vallera, virgen margariteña y virgen venezolana.

La primera misa del día fue oficiada por el padre Luis Eloy Serrano, párroco de la Basílica Menor, acompañado de sacerdotes de las distintas parroquias de la Isla.

Aunque el evangelio del día corresponde a la historia de cómo Jesús vino al mundo, la liturgia del padre Serrano fue altamente poética, al dedicarle prosas a la aurora y su relación con la llegada de la Madre de Dios, asegurando que para los cristianos el alba está cargada de un inmenso simbolismo, porque nos trae a la memoria el primer día del mundo cuando el Poder de Dios,  por medio de la palabra creadora,  hizo surgir de la nada a su criatura primogénita, la luz, destruyendo las tinieblas y haciendo resplandecer la armonía de los colores, pasando del caos de la nada al orden de la Creación.

“En la aurora del domingo resucitó Jesús de entre los muertos y desde aquel día ha quedado marcada la mañana como ese entrañable recuerdo que con cada sol naciente comienza un camino, por tanto la aurora tiene intrínsecamente un olor y sabor a pascua de la creación y la redención”, afirmó, y describió a la Virgen del Valle como, “es la Virgen hermosa, coronada de crepúsculos de aurora,  la de la mirada tierna y sonrisa risueña, sus manitos parecieran ser  las dos alas de un querubín en vuelo en donde sus devotos van colocando  sus suplicas y sus ruegos  para ser elevados por su medio hasta el trono del Altísimo y desde allí hacer descender sobre nosotros como una lluvia suave las bendiciones del cielo”.

“Pidámosle a María que nos enseñe  a ser buenos cristianos, que nos instruya así como a su hijo a  obedecer, a encontrar más alegría en el dar que en el recibir, que nos guie en la peregrinación de la fe, sobre todo cuando parezca que Dios  se nos ha perdido, que no nos cansemos nunca de buscarlo, que no nos acobardemos ante los problemas de la vida, porque para Dios todo es posible”.

Amor como bendición

Seguido a la misa de Aurora, se cumplió la solemne celebración de la Santa Misa Estacional, presidida por el obispo de la Diócesis de Margarita, Fernando Castro Aguayo.

Allí otro contingente de feligreses acompañó a la Virgen cumpleañera que salió ante los presentes franqueada por miembros de la Armada en un corredor de honor. Aplausos, lágrimas, cantos y gran emoción llenó la Explanada, pequeña para la cantidad de devotos, pero abierta a toda la fe hacia la Virgen.

En su mensaje, el obispo recordó que amor es paciencia, y que por eso el desespero no puede ser lo que mueva las acciones. “El amor todo lo puede, el amor no se desvanece, por eso llamó a la unión de la familia porque es parte fundamental para el amor, hagamos realidad ese decir familia que reza unida permanece unida, demos valor al amor de la familia y al amor por rezar juntos”.

Luego de la festividad de este 8 de septiembre, en Margarita se sigue expresando la devoción a su Patrona, ya que al quedar expuesta la Sagrada Imagen su cercanía es parte del sentir, y así se mantiene hasta  el 8 de diciembre cuando nuevamente vuelve a subir a su camarín.

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